martes, 1 de febrero de 2011

Terapias alternativas para el trastorno del sueño

Un buen descanso es de vital importancia para llevar una vida placentera y saludable. El trastorno más difundido y estudiado es el insomnio que se describe como dificultad para dormirse, para permanecer dormido y mala calidad del sueño. Otros problemas incluyen la apnea del sueño que tiene que ver con la respiración mientras se duerme, síndrome de piernas inquietas y la narcolepsia que son ataques de sueño durante el día.

Estos desajustes en el metabolismo del cuerpo están relacionados generalmente a una condición médica o psiquiátrica que los causan pero también tenemos la opción de seguir algunas terapias alternativas para los trastornos del sueño que, especialmente en el caso del insomnio, suelen ser exitosas.

Un tratamiento herbal puede ayudar a vencer el insomnio. Valeriana, manzanilla, lúpulo, lavanda, kava y bálsamo de limón son las hierbas indicadas para tratar los trastornos del sueño.

La acupuntura puede resolver problemas de insomnio si seguimos un programa de sesiones que se extienda por un mes o más tiempo.

El yoga conduce a la meditación y relajación del individuo. Es por esto que es una práctica muy recomendada para personas que sufren de este tipo de problemas.

Un tratamiento de aromaterapia con esencia de manzanilla, lavanda y otras también puede ayudar.

Se ha demostrado que la musicoterapia también brinda un beneficio para trastornos del sueño, especialmente en niños.

Algunos consejos:

Cambie su estilo de vida. Por ejemplo, acostarse o levantarse siempre a la misma hora, relajarse leyendo un libro antes de dormir o hacer ejercicio físico con más regularidad. Cada uno debería saber lo que tiene que hacer para mejorar su calidad o cantidad de sueño y lograr llevarlo a la práctica.

Evite que la medicación para dormir se prolongue por mucho tiempo, todas las pastillas para dormir tienen efectos secundarios y algunas hasta pueden ser adictivas.

Dígale no al alcohol, la cafeína y el cigarrillo

Escrito por: Sebastian Rossi

lunes, 24 de enero de 2011

Todo sobre la almohada

¿Qué papel juega la almohada en nuestro descanso diario?

La almohada es el elemento más personal del equipo de descanso. Cada vez se le concede más importancia a la almohada. La relación con la almohada es tan particular que incluso hay personas que se llevan la suya de viaje.

¿Cada cuánto tiempo hay que cambiar de almohada?

En el caso de las almohadas, a diferencia de lo que ocurre con los colchones, no hay una recomendación estándar. El desgaste de la almohada es mucho más evidente por lo que el consumidor puede valorar la necesidad de cambio sin dificultad.

¿Qué características propias debemos tener en cuenta al escoger una almohada?

A la hora de escoger una almohada, si dormimos boca abajo o boca arriba, problemas de espalda….

La postura que adoptamos al dormir es el elemento más relevante. Hay almohadas de diferentes materiales y tecnologías, látex, viscolástica, poliforme pero lo que se valora fundamentalmente de la almohada es la firmeza (blanda, media o dura) o altura (alta, media o baja). Por ejemplo, una persona que duerma de lado, mantiene una distancia entre la cabeza y el colchón mayor que otra que duerma boca arriba por lo que necesitará una almohada más alta y firme para descansar correctamente. En definitiva, la almohada correcta es aquella que mejor mantiene la posición natural de la columna.

¿Qué diferencia hay entre los distintos materiales disponibles? (almohadas látex y almohadas viscoelastica)

Hay grandes diferencias en las almohadas según las distintas tecnologías y materiales. Las más evidentes son aquellas que se refieren a la percepción del usuario: altura, firmeza, adaptación al cuerpo…

¿Existen unos parámetros generales sobre las más cómodas o saludables?

La almohada es una decisión personal, pero no. Cada persona debe elegir su almohada en función de sus necesidades. No sólo en cuanto a la firmeza y altura de la almohada sino atendiendo además a otras circunstancias que caracterizan las almohadas. Por ejemplo, hay almohadas que tienen prestaciones especiales que comportan beneficios adicionales relacionados con la higiene.

jueves, 20 de enero de 2011

La historia de la cama

La cama ha conocido varios formas y tamaños. 


La primera cama se hizo de un apilamiento de paja. Más tarde fue aumenta para evitar el polvo, el frío y las ratas, causa de enfermedades como la peste. 


El montaje de la cama puede hacerse de madera o metal. Ésta encuadra un somier hecho de listones de madera o metal y que puede ser proveído de resortes.


Camas, artículos de cama y canapés en la Antigüedad


Los ricos romanos comían sobre canapés y dormían del mismo modo, si es preciso, cubiertos de sábanas de lino pero más generalmente, se dormía sobre simples alfombras o trenzas hechos de fibras, lana o pelo, cubriéndose con coberturas hechas de fieltro o lana, eventualmente adornadas de cotonadas, de forros o incluso de sederías (según la Bolsa y el clima).

De la Edad media a la revolución industrial

Las camas eran simples cajas de madera, más tarde cubiertas de un colchón, hechos de paja para la mayoría, de plumas para los más ricos. Con el paso del tiempo, el relleno es sustituido por textiles industriales; desde el algodón hasta las fibras artificiales.
  • Los más afortunados dormían sobre colchones hechos de lino (así como las sábanas) y rellenos de plumón de ganso o pato, en camas de madera a baldaquino.
  • Las clases medias dormían sobre colchones hechos de un fieltro fino (así como las sábanas) y rellenos de lana de oveja cardada, o pluma de ganso o pluma de pato. Aunque la cama empotrada está muy popular en algunas regiones francesas (Bretaña, Poitou, Auvernia), es necesario generalmente satisfacerse con simples asientos, a veces surtidas de bajos lados.
  • Los más pobres dormían a menudo sobre literas hechas de heno o sobre colchones colocados en el mismo suelo, hechos de un bolso de pozo, relleno de paja de trigo o sonido (los famosos jergones) de virutas de madera u hojas de helecho. Estos materiales, sanos pero rústicos, tenían la ventaja de absorber la humedad y de aislar suelos fríos. Aportaban pues una determinada comodidad. En las explotaciones, se dormía lo más cerca posible del hogar, en la sala común. En una esquina, la madre de familia paría, en un otro el abuelo se moría,  mientras que en una cama nupcial jóvenes casados se retozaban. Pero si estaba castigado, se pasaba la noche al establo.
De la revolución industrial a nuestros días

El empleo del somier, que al principio sólo estaba un simple enrejado de ramas entrelazadas, tiende a generalizarse. Se encuentra somieres a listones, a resortes, a enrejado de tela. Si la forma de las camas siguió los métodos y estilos (Luis XV, Luis- Felipe), la novedad consiste sobre todo en emplear nuevos materiales. 


El empleo del hierro y el acero compite con la madera y el cobre y permite por otro lado la fabricación de resortes helicoidales o a morcillas que aumentan la comodidad de la cama. 


El algodón se sienta preponderante para las sábanas y las fundas de edredones o de colchón. Circunstancialmente, el miraguano llena plumones y colchones baratos. 


A partir de 1900, con la introducción de las fibras de viscosa (fibrana, y también rayón o seda artificial) las fibras sintéticas tienden a sentarse preponderante.

lunes, 17 de enero de 2011

Dormir mejor en verano

En verano cuesta más dormir, hay más horas de luz, las ventanas abiertas permiten que entre ruido… ¡y por supuesto el calor!. 


Para un gran porcentaje de los argentinos, el 62,6%, el calor influye de forma negativa en la calidad del descanso, por delante del frío o los cambios de rutina, según los datos del Primer Estudio de Salud y Descanso de Asocama. 


Eso sí, el estrés y las preocupaciones siguen ocupando el primer lugar en este particular ránking, aunque las vacaciones y el descanso estival nos alivian también de estos problemas.


No podemos influir en la meteorología, pero sin embargo sí podemos seguir una serie de recomendaciones básicas que nos permitirán dormir de un tirón, levantarnos con la sensación de haber descansado y disfrutar al máximo de nuestras vacaciones:


- Una cena ligera y fresca: ensaladas, fruta… En verano más que nunca, las digestiones pesadas nos hacen sudar y dar vueltas en la cama. Si todas las partes de nuestro cuerpo están relajadas nos costará menos conciliar el sueño.

- Fibras naturales: tanto la ropa de cama como la nuestra pueden ser una fuente de calor en estas fechas. Mejor evitar las prendas sintéticas, que nos pueden hacer sudar más de la cuenta.


- Ventanas abiertas: por poco que sea, mejor el frescor natural que el del aire acondicionado. Dejarlo encendido durante toda la noche reseca mucho el ambiente y nos hace propensos a resfriados de verano, además del gasto energético que supone.


- Cambiar de postura: la cabeza desprende mucho más calor del que imaginamos, si pasado un rato notamos calor, es conveniente darle la vuelta a la almohada para conseguir evitar el sudor.

- Un equipo de descanso en buen estado: No sólo el colchón, sino también la base y la almohada deben estar cuidados y limpios. Una acumulación de suciedad y ácaros dificulta la transpiración del colchón y por tanto, nos puede dar más calor.


Y también en la casa de vacaciones

Seguir estas recomendaciones es también fundamental en las segundas viviendas destinadas a las vacaciones. 

Aquí, a veces se suele optar por la opción más económica en cuanto a equipo de descanso, que no siempre es la más recomendable para nuestro confort. 

Es común no adquirir un colchón del mismo nivel que el que disfrutamos en nuestros hogares, ya que se va a utilizar durante unas pocas semanas al año, sin embargo, como explica José Manuel Nogueiras, “se debe procurar que posea una calidad mínima que garantice un correcto descanso durante la época vacacional. 

Es por este motivo por lo que no es recomendable destinar a una segunda vivienda un colchón que por su deterioro ha sido sustituido en la vivienda principal”.

jueves, 23 de diciembre de 2010

Como elegir su almohada

En primer lugar, es necesario saber que la elección de la almohada adecuada es tan importante como elegir el colchón o la base: su almohada puede aliviar el dolor de espalda, prevenir posturas incorrectas de cervicales, y solucionar problemas de ronquidos y de sueño.

Debemos tener en cuenta para elegir nuestra almohada:

1. Qué postura adoptamos al dormir: de lado, boca arriba...

2. Una almohada debe alinear nuestras vértebras cervicales y dorsales como si estuviéramos de pie.

3. Ver la composición y las propiedades de los rellenos: hipoalergénicos, anti ácaros, anti malos olores, anti bacterias, anti hongos, tratadas con Aloe Vera.

4. Dormir sin almohada puede provocar hipertensión y la aparición de contracturas cervicales.

Por ello, los fabricantes de almohadas ofrecen un amplio surtido de alturas, firmeza y rellenos, para adaptarse a las necesidades de cada persona, pues no olvidemos que se trata de un producto muy personal y determinante a la hora de aportarnos un descanso saludable y reparador.

Las hay bajas, de altura media, altas o anatómicas/ ergonómicas. Y los rellenos pueden ser Duvet Oca, plumitas de pato, material viscoelástico, látex, y toda una gama de fibras y materiales de célula abierta.

Pruebe diferentes alturas, firmeza y rellenos, sólo así sabrá cuál es su almohada ideal. Le sugerimos para poder realizar esta prueba la almohadas VISCO FOAM Regulables.

martes, 21 de diciembre de 2010

Mitos y verdades sobre el colchón de descanso

Existe una creencia popular de que los colchones duros disminuyen el dolor de todas aquellas personas que poseen dolores lumbares. Desde ya, cabe aclarar que esto no es así y que un buen colchón de descanso no debe ser demasiado duro ya que esta dureza no permitirá que el colchón de descanso se adapte a la forma del cuerpo y se a molde a él. Por el contrario, la dureza del colchón que recomiendan los expertos es una dureza de niveles medios ya que resultan ser los ideales para mejorar posturas y controlar los dolores de espalda.

Tanto los colchones de extrema dureza como los que son demasiado blandos terminan perjudicando a las personas en los niveles posturales como en los dolores lumbares.

Algunos estudios realizados mostraron que la elección de un mejor colchón de descanso mejoró en un cuarenta por ciento los dolores de espalda de muchas personas que, incluso, dejaron de tomar las medicinas que tenían recetadas para estos dolores.

La superficie considerada por los expertos como ideal para un buen colchón de descanso debe ser firme, homogénea y adaptable en su soporte.

Debe resultar, además, cómoda para la persona que lo utilizará y mullida. En cuanto al grado de firmeza hay que tener en cuenta que la columna vertebral de las personas no debe estar en posiciones extrañas ni viciadas durante el tiempo en que el cuerpo está reposando.

 Lo ideal es que el colchón  pueda acompañar la postura que el cuerpo tiene en forma natural y que no ejerza ningún tipo de fuerzas para desviar esta posición. La postura natural evitará que el cuerpo sufra cualquier tipo de dolores al día siguiente. El colchón de descanso debe poseer una superficie homogénea, es decir, que el colchón presente la misma textura en toda su superficie. El mismo no debe poseer ni huecos, ni hundimientos ni globos, etc.

Esto ayudará a que la superficie de apoyo sea similar en todo el cuerpo ya que existen zonas del cuerpo en donde el colchón deberá ejercer mayor trabajo. Por último, pero no menos importante, el colchón debe ser adaptable. Nuestro cuerpo no es una tabla lisa, sino que posee muchas curvas y desniveles.

El colchón de descanso deberá adaptarse de la mejor manera a los desniveles del cuerpo para evitar dolores indeseados y ayudar a cada persona a mantener una buena postura por mucho tiempo.  Por todos estos motivos, la elección de un colchón no debe ser una decisión menor. Deberá brindarle el tiempo necesario para poder tener en cuenta todos estos detalles y probar la cantidad necesaria hasta dar con el producto adecuado a sus necesidades.

lunes, 20 de diciembre de 2010

7 tips para dormir bien

Hemos aprendido que al cuidar nuestro sueño cuidamos nuestro peso, más ahora debemos añadir que su ausencia puede llevarnos a un envejecimiento prematuro, comprometer nuestro sistema inmunológico y en fin, amenazar nuestra salud en general.

Incluso a aquellas personas más activas, las cuales necesitan de un buen descanso para que el trabajo físico se torne eficiente y por el contrario, evitar la tendencia de acumular grasas que la falta de sueño acarrea.

Pero eso no es todo, nuestra habilidad para manejar el estrés, también se verá afectada por el mal sueño y el estrés, muchas veces será combatido con comida, creando mayores hábitos incurables.

Lo mejor, poner mucha atención a nuestros hábitos de sueño y claro, seguir estos 7 tips para dormir bien.

1.     Conseguir regular exposición a la luz del día, en especial en la tarde. Investigaciones muestran que los trabajadores nocturnos pueden mejorar su sueño durante el día, al laborar bajo luces brillantes.
2.     Antes de acostarnos, utilizar atenuantes de luz (dimmers) o apagar algunos interruptores o lámparas para bajar la intensidad de la iluminación, en la casa o el apartamento.
3.     No permitirnos caer rendidos sobre el sofá. Cuando empecemos a sentir sueño, levantarnos e ir de frente a la cama.
4.     Usar nuestro dormitorio para dormir, más que para oficina, estudio o centro de entretenimiento. Lograr que nuestro cuerpo relacione el ambiente con el relax y el sueño.
5.     Cuando no podamos dormir, tratar de usar imágenes y pensamientos para relajarnos, añadido a una que otra técnica de respiración.
6.     Si no nos sentimos soñolientos en los siguientes 20 minutos, salir de la cama, leer o realizar cualquier otra actividad silenciosa. Esperemos a que llegue el sueño y de vuelta al dormitorio!
7.     Poner el reloj despertador fuera de nuestra vista, pues el ir viendo como pasan las horas sin sueño, no es de gran ayuda. Todo lo contrario, nos llevará a un estado de ansiedad que sí que nos mantendrá despiertos.