lunes, 17 de enero de 2011

Dormir mejor en verano

En verano cuesta más dormir, hay más horas de luz, las ventanas abiertas permiten que entre ruido… ¡y por supuesto el calor!. 


Para un gran porcentaje de los argentinos, el 62,6%, el calor influye de forma negativa en la calidad del descanso, por delante del frío o los cambios de rutina, según los datos del Primer Estudio de Salud y Descanso de Asocama. 


Eso sí, el estrés y las preocupaciones siguen ocupando el primer lugar en este particular ránking, aunque las vacaciones y el descanso estival nos alivian también de estos problemas.


No podemos influir en la meteorología, pero sin embargo sí podemos seguir una serie de recomendaciones básicas que nos permitirán dormir de un tirón, levantarnos con la sensación de haber descansado y disfrutar al máximo de nuestras vacaciones:


- Una cena ligera y fresca: ensaladas, fruta… En verano más que nunca, las digestiones pesadas nos hacen sudar y dar vueltas en la cama. Si todas las partes de nuestro cuerpo están relajadas nos costará menos conciliar el sueño.

- Fibras naturales: tanto la ropa de cama como la nuestra pueden ser una fuente de calor en estas fechas. Mejor evitar las prendas sintéticas, que nos pueden hacer sudar más de la cuenta.


- Ventanas abiertas: por poco que sea, mejor el frescor natural que el del aire acondicionado. Dejarlo encendido durante toda la noche reseca mucho el ambiente y nos hace propensos a resfriados de verano, además del gasto energético que supone.


- Cambiar de postura: la cabeza desprende mucho más calor del que imaginamos, si pasado un rato notamos calor, es conveniente darle la vuelta a la almohada para conseguir evitar el sudor.

- Un equipo de descanso en buen estado: No sólo el colchón, sino también la base y la almohada deben estar cuidados y limpios. Una acumulación de suciedad y ácaros dificulta la transpiración del colchón y por tanto, nos puede dar más calor.


Y también en la casa de vacaciones

Seguir estas recomendaciones es también fundamental en las segundas viviendas destinadas a las vacaciones. 

Aquí, a veces se suele optar por la opción más económica en cuanto a equipo de descanso, que no siempre es la más recomendable para nuestro confort. 

Es común no adquirir un colchón del mismo nivel que el que disfrutamos en nuestros hogares, ya que se va a utilizar durante unas pocas semanas al año, sin embargo, como explica José Manuel Nogueiras, “se debe procurar que posea una calidad mínima que garantice un correcto descanso durante la época vacacional. 

Es por este motivo por lo que no es recomendable destinar a una segunda vivienda un colchón que por su deterioro ha sido sustituido en la vivienda principal”.

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